martes, 3 de julio de 2012

ANEXO 5


PROYECTO DE DESARROLLO COMUNITARIO DE LA ALDEA
El Proyecto Cultural de Desarrollo Comunitario La Aldea nació con objeto de rescatar y fomentar las tradiciones y costumbres populares del lugar, y tiene como característica esencial la participación de todo el pueblo. El proyecto ha contribuido al rescate, conservación y difusión de tradiciones y costumbres de la comarca de La Aldea de San Nicolás mediante una importante labor pedagógica, social y etnográfica, que se desarrolla y se configura a través de una red de “museos vivos”.
A continuación presentamos un trabajo realizado para la recista electrónica Bienmesabe, en el que algunos de los impulsores de este proyecto nos ayudan a entender mejor sus principios.
¿QUIÉNES SOMOS?
Cierto es que puede haber personas que dediquen más tiempo que otras al Proyecto, y puede haber personas que participen en algunas actividades y no en otras, e incluso quienes sólo participen durante algún tiempo y que, luego, por circunstancias diversas, tengan que dejar de participar; pero en todos esos casos sigue siendo cierta nuestra respuesta: los protagonistas de este proyecto son los habitantes de La Aldea.
Una de las características del Proyecto de Desarrollo Comunitario: es un proyecto abierto. Esto significa que no tiene un número fijo de personas. Las personas que participan en cada una de las actividades organizadas por el Proyecto lo hacen porque se sienten partícipes de lo que allí, en ese momento, se está haciendo, no porque sean miembros de ningún grupo definido. Todas las personas que están o han pasado por este proyecto son iguales en importancia, pero algunos han dejado una huella imborrable.
¿QUÉ HACEMOS?
La escenificación del Ciclo del Año es una de las actividades que realiza el Proyecto de Desarrollo Comunitario de la Aldea de San Nicolás de Tolentino, pero no es la única. De hecho, la amplitud y diversidad de actividades que realizamos es otra de las características de este Proyecto.
Las actividades básicas que llevamos a cabo se pueden situar en ocho campos:

-El Museo Vivo “La Gañanía”.
-Los Talleres de Artesanía.
-Los deportes autóctonos.
-Las Jornadas Educativas de Cultura Popular.
-La recuperación de la cultura popular de La Aldea.
-La formación para una cultura popular.
-La difusión de la cultura popular.
-La participación en actos populares.
¿CÓMO LO HACEMOS?
La forma en que se adopta una decisión y las razones que se aportan para que tal decisión se adopte, ejemplifican otro de los rasgos característicos del Proyecto Comunitario: la participación de todos en su construcción. De hecho, se construye en todos y cada uno de los acuerdos que se toman, por eso las personas que participan en él son conscientes de la importancia de sus decisiones, y que tienen que ver con algunos principios esenciales. Entre ellos se incluye uno primordial: el Proyecto sólo utiliza el dinero para mejorar las actividades que desarrolla.
En consonancia con las exigencias y las formas actuales, el Proyecto de Desarrollo Comunitario tiene un reconocimiento como institución social con sus órganos formales. Pero si nos dejáramos llevar por estos datos, resultaría muy difícil comprender la organización real del proyecto, ya que guarda una estrecha relación con las experiencias, los valores y las ideas de la propia cultura popular que contribuye a desarrollar.
El núcleo central de la organización es, como el ejemplo ilustra, el “consejo”, es decir, la reunión de personas que abordan juntas las decisiones más importantes. En este “consejo” pueden participar todas las personas que lo deseen.
El otro gran soporte organizativo es la autoridad que se le reconoce a un núcleo de personas. Este reconocimiento viene dado por su profunda dedicación al proyecto y a su ya probado criterio.
Desde sus orígenes, el proyecto ha tenido el soporte de alguna institución educativa. Cuando se originó fue la Residencia Escolar de La Aldea y en la actualidad es el Centro de Educación de Personas Adultas de La Aldea la institución que soporta su estructura básica. El apoyo aportado al proyecto por esas instituciones se corresponde perfectamente con la orientación educativa que desde el propio proyecto se le ha dado a la cultura popular. Estamos convencidos, y así lo hacemos ver en nuestras manifestaciones, de que el acervo popular, además de aportar un rico folclore, reúne un conjunto de valores y de conocimientos que pueden contribuir a mejorar nuestra convivencia. Muchos de esos valores han sido incorporados como principios al funcionamiento del grupo. De hecho, la gran cantidad de actividades que se desarrollan anualmente no se podrían realizar si no fuera porque el grupo asume estas actividades como se abordaban muchas tareas a comienzos de siglo: bajo un principio de solidaridad compartida.
(...) Así pues, además de una estructura organizativa soportada por instituciones educativas en las que el “consejo” y la autoridad son fundamentales, el Proyecto de Desarrollo Comunitario es posible gracias al respeto incuestionable a un principio de compromiso solidario con la cultura. Junto al principio del compromiso solidario con la cultura hay otro principio que resulta esencial en el funcionamiento del proyecto: la no instrumentalización de las personas. Esto supone, además de un respeto escrupuloso por quienes han generado la cultura que queremos preservar, una atención y un cuidado exquisito en nuestro trato con ellos. Desde el proyecto concebimos un respeto hacia la cultura popular y una atención permanente hacia las personas que han creado esa cultura.


¿QUÉ QUEREMOS LOGRAR?
 Cuando comenzaron a colaborar en las actividades promovidas por el proyecto, sus vidas adquirieron un nuevo sentido. Eran personas a las que se les reconocía un gran valor social: eran los protagonistas de una cultura que tenía mucho que enseñarnos. Ahora esas personas se sienten parte de una comunidad, hasta tal punto que legan su patrimonio familiar como es el caso de la familia de Juan León Martín.
Describir el cambio de sentido que para sus vidas tiene el participar en el Proyecto Comunitario nos parece que es una buena forma de anticipar la formulación de lo que aspiramos a lograr. Nuestra aspiración es sencilla: buscamos mejorar la integración social a través del compromiso solidario con la cultura popular. Entendemos que la cultura aportada por nuestros mayores tiene un gran valor social y un enorme valor educativo, entre otras razones porque es depositaria de valores, experiencias y saberes que les han ayudado a superar momentos muy difíciles. La cultura popular que nos han legado nuestros mayores ha servido para justificar situaciones intolerables hoy en día, pero también es verdad que les ha servido para superar esas mismas situaciones y dejarnos un mundo distinto. Cuando se lee la hermosa historia de una persona que se enfrenta a la injusta situación por la que atraviesa la propiedad del agua y crea una pequeña joya de la cultura popular como la que ahora recogemos, uno no puede por menos que pensar que el olvido en el que la hemos tenido es, al menos, tan injusto como muchos de los momentos vividos. La búsqueda de esa integración social es la que delimita el concepto de desarrollo que deseamos construir: aspiramos a que los aldeanos y aldeanas constituyan una comunidad. Nuestro proyecto quiere ser un lugar de encuentro, un punto de partida, una base sólida para construir un futuro diferente.
Una vez definido que el sentido último de nuestras actuaciones es facilitar la integración social a través de un compromiso solidario con la cultura, podemos añadir que ese sentido es el que orienta las acciones que ya hemos presentado, y que se concreta y articula en objetivos mucho más precisos:
-Recuperar, catalogar y conservar el amplio legado de cultura popular que nos han dejado muchas generaciones de aldeanos y aldeanas.
-Difundir el legado cultural heredado de modo que pueda ser adecuadamente comprendido y valorado.
-Dotar a la cultura popular de un valor educativo actual para que pueda servir de base en la creación de una nueva cultura popular. -Contribuir a la mejora de la situación social y personal de todas aquellas personas que han contribuido a lograr el legado cultural actual.
-Promover el intercambio de experiencias, manifestaciones, y conocimientos entre todas las personas interesadas en conservar y transmitir el patrimonio popular de Canarias.

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