La flauta de
más representativa de La Palma
es la flauta que acompaña al baile del sirinoque. Parece que se interpretaba en
toda la isla, en los últimos años su uso está circunscrito al norte de la isla,
aunque es un instrumento que actualmente ha desaparecido casi totalmente.
La flauta está
hecha de caña y consta de seis orificios de digitación, cinco en la parte
delantera y uno en la parte posterior. La ubicación de estos agujeros está
relacionada con el tamaño de los dedos del tocador. La embocadura tiene un
corte oblicuo en el canuto y una y una ventana rectangular que termina en una
especie de rampa. En el interior de la flauta se coloca un tapón circular de
madera que se ajusta a los bordes internos, en cuya parte superior se hace un
pequeño rebaje plano para que el aire pueda circular hasta la ventana
rectangular. El extremo final del instrumento está cerrado por la propia caña.
Es curioso el hecho de que los sonidos que se
interpretan con esta flauta se limitan a dos, uno grave y otro agudo y
ocasionalmente un repique sobre esta última, que constituiría el tercer sonido,
aunque las posibilidades de la flauta son mayores. Noda y Siemens (1984)
interpretan esto como una adaptación de la interpretación con la flauta a la
realizada con otro aerófono antiguo tradicional más elemental ya desaparecido.
Estos autores también recogen otro tipo de flauta más rudimentaria, ya
desaparecida, en la que el sonido se modula directamente con la lengua al
soplar contra el filo de la ventana del sonido, así como la flauta travesera de
caña, de 3,4 ó 5 sonidos, utilizada hace
más de 90 años. Por último, Rodríguez (2008) menciona una flauta ya
desaparecida de tres agujeros, dos en la parte delantera y otro en la parte
posterior, que se tocaba a la vez que el tambor, utilizada en el baile de los
pastores de Breña Alta y en la fiesta de nochebuena de Fuencaliente.
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